La lucha contra la contaminación acústica en España

El término “contaminación acústica” se refiere al exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona y que, de hecho, es una de las mayores preocupaciones ambientales en las ciudades.

Sucede que el ruido está considerado por la población urbana como uno de los mayores problemas que influye en su calidad de vida, ya que este proviene, inevitablemente, de nuestra propia rutina diaria que implica el uso de medios de transporte, la práctica de actividades de ocio, el tráfico urbano, etc.

Este, a pesar de que no se mantiene o acumula como otro tipo de contaminaciones, puede causar daños a las personas en su calidad de vida y perjudicar gravemente la salud. Tanto así que cada día crece el número de sentencias que identifican el ruido como un factor de riesgo sanitario, admitiendo la hipoacusia como accidente laboral ocasionado por el exceso del mismo.

Por ejemplo, en el caso de España, esta es, junto a Japón, el país con mayor índice de población del mundo expuesta a altos niveles de ruido. De acuerdo a la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales (Afelma), alrededor de 9 millones de españoles sufren niveles medios de más de 65 decibelios (dBA), una cifra realmente preocupante.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en octubre de 2018 una nueva guía del ruido, en la que bajaba los umbrales de exposición al ruido considerados como saludable. En esta nueva guía, se instó a reducir los niveles por debajo de 53 decibelios durante el día y 45 por la noche para el tráfico rodado, considerada la principal causa de contaminación acústica; lo que deja a España con una cifra de 9 millones de personas soportando niveles de ruido superiores a los recomendados de manera regular.

Y es que, según los datos de la encuesta del INE sobre Condiciones de Vida (2018), el ruido procedente de vecinos o del exterior es un problema para el 17% del total de hogares a nivel nacional, o lo que equivale a 3.150.000 hogares. En términos porcentuales estaríamos hablando de que en Madrid el problema asciende al 23% de los hogares, en Navarra al 26,4%, en la Comunidad Valenciana al 25%, en País Vasco al 21% y en Baleares y en Andalucía al 18,7%.

Así mismo, se ha documentado cierta relación entre la contaminación acústica y el riesgo de padecer HTA, angina de pecho o un infarto agudo de miocardio. Esto debido a que se activan las hormonas nerviosas, que pasan a provocar el aumento de la tensión arterial o la vasoconstricción, entre otras.

Por otro lado, según la Organización Mundial de la Salud, el exceso de ruido interfiere con las actividades diarias en el hogar, el trabajo y la escuela, reduciendo el rendimiento y provocando cambios de carácter, trastornos del sueño, efectos cardiovasculares y también psicológicos y fisiológicos.

En relación a esto, el presidente de Afelma, Oscar del Río, ha asegurado, “el retraso en la mejora de la normativa en España se traduce en un elevado porcentaje de viviendas con malas prestaciones acústicas. Si tenemos en cuenta el año de construcción, un 68% de las viviendas están construidas sin exigencias acústicas. Este porcentaje se eleva al 93% si se tienen en cuenta las viviendas construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE)”.

Por lo mismo, y en pro de evitar las consecuencias de la contaminación acústica sobre nuestra salud, debemos tomar las medidas necesarias para proteger nuestro hogar lo mejor posible. Sigue leyendo, que gracias a los consejos expertos de La Ventana Perfecta, expertos en aislamiento, te traemos algunos consejos para evitar los efectos negativos del ruido.

¿Cuáles son las consecuencias del ruido para la salud?

Lo primero que debemos saber es a que nos enfrentamos. Las consecuencias del ruido en la salud pueden variar de una situación a otra, pero, en general, se resumen en las siguientes:

  • Pérdida de audición o escuchar pitidos en los oídos.
  • Problemas de tipo psicológico como la ansiedad, el estrés o la agresividad.
  • Problemas físicos como el aumento de la presión arterial, el ritmo cardiaco o la frecuencia de la respiración.
  • Efectos relacionados con el sueño que producen consecuencias en la atención y en el rendimiento tanto en la escuela como en el trabajo.

¿Cómo actuar para prevenir la contaminación acústica?

El aislamiento o acondicionamiento acústico son las principales medidas que incrementan nuestra calidad de vida, porque evitan el ruido y protegen la intimidad dentro de nuestros hogares.

La principal función del aislamiento es reducir la transmisión de ruidos del exterior al interior y viceversa y, por su parte, el acondicionamiento mejora la calidad acústica del interior y, a su vez, disminuye la reflexión de las ondas sonoras. De hecho, las autoridades hacen hincapié en que “los usuarios deberían conocer las herramientas existentes en el mercado de la edificación para vivir o desarrollar su trabajo en ambientes acústicos óptimos”.

Hay diferentes alternativas para lograr este anhelado aislamiento. Por ejemplo, las lanas minerales están reconocidas a nivel internacional como aislante acústico de garantía y se emplean en países con mayores exigencias acústicas que las de España, proporcionando una ganancia de aislamiento de hasta 70 decibelios.

También, se pueden instalar pantallas y barreras acústicas para reducir al máximo los altos sonidos procedentes de ferrocarriles, autopistas, aeropuertos, centrales de energía, transformadores eléctricos, centros reguladores de gas, estaciones de bombeo de agua, generadores, compresores, bombas, motores, refrigeradores, etc.

Por su parte, las pantallas acústicas contribuyen a reducir los efectos nocivos del ruido sobre la población. De hecho, muchos las consideran un elemento clave en la lucha contra la contaminación acústica.

Otras alternativas consisten en aislar nuestro hogar insertando en las paredes capas de materiales absorbentes como placas de yeso laminado o capas de lana de roca, que además de proporcionar un aislamiento acústico son buenos aislantes térmicos. Al igual que también destacan las ventanas con doble acristalamiento, las cuales se valen de una cámara de aire para aislar del sonido exterior. u otras opciones más económicas y sencillas de incluir en el hogar como la cinta aislante, las cortinas, persianas y otras.

Las principales funciones de estos materiales son:

  • Amortiguan el ruido. Estos materiales amortiguan el ruido, incrementando el aislamiento acústico del elemento constructivo. Además, algunos de estos incluso actúan como muelle, eliminando la resonancia de la cavidad y tienen un efecto amortiguador dependiendo del lugar en el que son instalados.
  • Corrigen la acústica. Esto porque reducen la reverberación de los espacios, proporcionando ambientes más silenciosos y confortables.

No obstante, además de incluir estos materiales en nuestro hogar, hay otras medidas que debemos practicar para prevenir los efectos negativos de la contaminación acústica:

  • Controla tu tono de voz al mantener una conversación.
  • Utiliza un volumen moderado en los aparatos electrónicos, tales como la televisión o equipos de música.
  • Evita taconear y dar portazos
  • No utilices electrodomésticos en horas clave de descanso, tales como después de comer o a altas horas de la noche.
  • Al realizar reformas, pide los permisos oportunos y aprovecha las horas del día para hacerlo, así no se perjudicará el descanso de nadie.
  • No utilices el claxon del coche, a menos que sea estrictamente innecesario.
  • En caso de tener mascotas, controla que no perjudiquen el descanso y tranquilidad de los vecinos.

Aún queda camino por recorrer

Si es verdad que el mercado está lleno de alternativas para prevenir los efectos de esta contaminación y que podemos poner mucho de nuestra parte para reducir los niveles de ruido que hacemos durante el día; sin embargo, aún queda mucho por hacer.

Según los expertos, “cada vez se hace más necesario actualizar las exigencias acústicas y, en consecuencia, someter al CTE a una revisión al alza, equiparándonos a nuestros vecinos europeos. Consideramos que sería necesario crear una calificación acústica, de igual forma que existe la certificación energética para edificios”.

Además, aún se debe trabajar en los siguientes puntos clave:

  • Mejora de la normativa acústica. Se debería incluir la medición ‘in situ’ tanto en obra nueva como rehabilitación para verificar el cumplimiento de las exigencias normativas y la consecución de los objetivos acústicos.
  • Es imprescindible proceder a la revisión de las condiciones acústicas de los locales públicos y, en caso de ser necesario, proceder a las operaciones de acondicionamiento acústico que mitiguen la reverberación del ruido, dificultado la conversación y el bienestar.
  • Condicionar la entrega de la cédula de habitabilidad a la comprobación previa del cumplimiento de la normativa acústica por medio de mediciones in situ.
  • Formación en la acústica de edificios. Hay que reforzar el conocimiento de los profesionales, tanto en materia acústica, como de los materiales y sus propiedades, ya que con un buen diseño y los materiales apropiados, se pueden conseguir buenas condiciones acústicas.
  • La rehabilitación acústica es una tarea pendiente que cobra especial importancia debido al impulso que se pretende otorgar a la rehabilitación energética de edificios. Así, es preciso evitar que la mejora térmica empeore las condiciones acústicas preexistentes antes de la rehabilitación.