Hablemos de implantes dentales

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El implante dental actualmente es la mejor solución que se nos plantea para la sustitución de una pieza dental ante su pérdida ayudándonos así a completar nuevamente la dentadura mediante la colocación de un diente artificial revestido de una funda denominada corona que, además de restablecer totalmente una imagen estéticamente hablando de naturalidad, cumple con todas las funciones de masticación como si de un diente natural se tratara. Es importante acudir a la consulta de un buen especialista dental en cirugía para implantes dentales, como la clínica dental Mensiodens, de León, ya que no se trata de un tratamiento sencillo, de ahí que convenga ponerse en manos de profesionales para luego vernos bien ante el espejo.

Mensiodens ofrece sus servicios de odontología integral contando con un equipo de profesionales altamente cualificados y especialistas en las diferentes disciplinas conformando así un gran equipo dental y humano. Así se tratan problemas relacionados con la endodoncia, ortodoncia, periodoncia, apnea del sueño, cirugía maxilofacial, implantes, etc., en sus amplias y modernas instalaciones dotadas de los mejores equipamientos técnicos de vanguardia con la tecnología más actual e innovadora y utilizando siempre los materiales más seguros, compatibles y de mejor calidad, con lo cual alcanzan su principal objetivo que es ofrecer un inmejorable servicio, con asesoramiento detallado y una atención personalizada y cercana a cada paciente.

Vamos a conocer más sobre lo que hay que saber de los implantes.

¿Qué es un implante dental?

Es una pieza apta para reemplazar la raíz del diente con forma de tornillo, realizada con titanio puro sometido a un tratamiento especial en su superficie para lograr su total integración en el hueso maxilar para llegar a formar parte de él. El titanio es un material con una excelente biocompatibilidad con los tejidos que rodean la raíz dental y por tanto con muy pocas posibilidades de que pueda sufrir un rechazo. Así podemos observar que esta técnica alcanza un porcentaje de éxito superior al 90%.

La cirugía de un implante se realiza en dos fases. En la primera se coloca el implante en el hueso, que puede ser en el maxilar o en la mandíbula, tras lo cual habrá que esperar un tiempo, entre tres y seis meses, para que se produzca su integración en la encía, o lo que es lo mismo, la oseointegración.

Una vez que el implante se haya fijado firmemente al hueso, comienza la segunda fase, donde se colocará la corona o parte visible del diente que puede ir cementada o atornillada al implante. Si durante la fase de estudio, en las pruebas radiográficas, se observa que el hueso de la mandíbula está en tan buen estado que nos permitirá asegurar que el implante quedará bien anclado, podemos realizar las dos fases en el mismo día, siempre que a continuación se sigan unas pautas como dieta blanda. Ahora bien si se ha sufrido una pérdida de hueso y por tanto no hay una cantidad de hueso que garantice el implante deberá realizarse un injerto.

Se calcula que en España se realizan unos 800.000 implantes al año, lo que nos indica el gran nivel de aceptación alcanzado entre la población, como ventajas podemos citar

– Seguridad. El implante no se mueve y por tanto se puede hablar, sonreír y comer sin preocupación y sin molestias.

–  Duradero. Puede llegar a ser un tratamiento definitivo, siempre que se mantengan las mejores condiciones de higiene bucal y se realicen las correspondientes revisiones bucales.

– Tratamiento conservador. Su colocación no afecta al resto de los dientes, además de facilitar su adaptación a los mismos.

– Estética. La corona puede llegar a tener un aspecto muy natural, pues a la hora de definir el color que se escogerá se tendrá en cuenta el color del esmalte dominante de los dientes naturales del paciente, su brillo, luminosidad…

¿Cuándo está contraindicado el implante dental?

  • Si existen trastornos de coagulación de la sangre.
  • Detección de un tumor maligno.
  • Utilización de bifosfonatos endovenosos.
  • Haber sufrido recientemente un infarto de miocardio o un accidente cerebro muscular.
  • Enfermedades endocrinas no controladas.
  • Pacientes con párkinson.
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