Se prevé que el transporte de mercancías por carretera crezca en nuestro país durante el 2025 en torno a un 4%, uno de los crecimientos más altos de los últimos tiempos. Todo ello, dentro de un escenario convulso que le salpica de cierta incertidumbre.
Tras varios años consecutivos de crecimiento por encima del 2%, la revista especializada Logística recoge las previsiones del estudio Transforming Transportation encargado por Eurowag, que fija el crecimiento de este sector en nuestro país por encima del 3,8%.
Este es un dato histórico. Y es que la mayor parte de las mercancías que circulan dentro de nuestro país y las que enviamos a los países vecinos (Francia, Alemania, Reino Unido, Italia) – nuestros principales socios comerciales – se transportan en camión.
Todo esto se da en una situación compleja, no exenta de dificultades, que analizaremos más adelante.
El principal medio de transporte de mercancías a nivel mundial es el transporte marítimo. Se calcula que con él se transportan el 90% de mercancías. Sin embargo, en nuestro país, por sus particularidades económicas, el principal medio de transporte es el transporte por carretera, con diferencia.
Este es un servicio que operan autónomos, y pequeñas y medianas empresas, que no deja de representar una contradicción en un mundo dominado por grandes multinacionales. Esto hace que este sector se vea más afectado por los vaivenes de la política y la economía que otras ramas del transporte y la logística.
Por esta razón, no deja de sorprender el crecimiento que está experimentando este medio de transporte en nuestro país. En cierto modo, a contracorriente o, al menos, sin el apoyo que necesitaría.
Pasamos a analizar la situación del transporte por carretera en España.
¿Por qué es el transporte más utilizado?
El 96% de las mercancías que circulan dentro de España lo hacen por camión. Respecto a las exportaciones, el transporte por carretera es el responsable del envío del 75% de las mercancías con destino a la Unión Europea. En España se calcula que hay una flota aproximada de 360.000 camiones.
Todo esto se da en una dinámica de crecimiento. Durante el 2024 aumentó un 10,3% los envíos a corta distancia de mercancías por carretera. El tráfico nacional por camión creció un 8,9% y el transporte internacional lo hizo un 22,5%.
Que las empresas se inclinen por este medio de transporte para realizar los envíos se debe a varias razones. Una de las más importantes es la flexibilidad. El transporte por carretera permite la entrega puerta a puerta. Es decir, el transportista recoge la carga en el punto de producción y la lleva a la puerta del cliente. Sin necesidad de trasbordos e intermediarios.
El transporte por carretera llega a cualquier rincón. Da igual la ubicación del destinatario. Puede ser un almacén rural o el centro logístico de una gran ciudad. A cualquier lugar llegan los camiones. Algo que no sucede con otros medios de transporte como el transporte marítimo, el transporte aéreo o el ferroviario. Que están limitados a sus propias infraestructuras.
Para envíos a corta y media distancia, el transporte por carretera ha demostrado ser uno de los más rápidos. Más, incluso, que el transporte aéreo. Para transportes nacionales o continentales, con los camiones, la carga está en movimiento en dirección a su destino, mientras que si la fletamos en un avión, debe pasar por varios procesos de control y esperar a que salga el vuelo, mientras el camión está en circulación. Esto hace que, en ocasiones, un envío por camión llegue más rápido que uno por avión y, desde luego, resulta más económico.
Un aspecto interesante para las empresas es que el transporte por carretera ofrece un coste competitivo. Sobre todo para envíos de peso medio. Para amortizar, por ejemplo, el transporte marítimo, es necesario hacer envíos de gran tonelaje.
Los operadores de Cargolink, una empresa alicantina de transporte de mercancías por carretera, que opera desde 1991, señala además que el transporte en camión ofrece un servicio personalizado a las empresas. Es decir, una solución de transporte que se adapta a sus necesidades. Y es que no es lo mismo transportar mercancías peligrosas que alimentos destinados a un punto de venta. Ni efectuar un porte nacional a una provincia vecina que enviar mercancías a un país europeo extracomunitario.
Estos son problemas concretos que las empresas de transporte por carretera resuelven con mayor soltura que otros sistemas de transporte.
Los hándicaps del sector.
Ahora bien, como señala el periódico Canal Marítimo y Logístico esto se da en una situación nacional e internacional convulsa. Motivada por causas externas, ajenas a las características del sector.
La primera de ellas es la recesión económica que vive la Unión Europea. Mientras España experimenta un crecimiento económico moderado, Alemania, la locomotora económica de Europa, tiene una ralentización de su economía del 0,2%. Francia, otro de los países fuertes de nuestro entorno, atraviesa una crisis que hace que su economía esté parada. Con un crecimiento próximo al 0%. Además del peso específico de estos países en Europa, coinciden con que son unos de nuestros principales importadores. Destino de muchos de los camiones que parten desde España en envíos internacionales.
Un caso aparte lo representa el Reino Unido. Otro de los destinos habituales de los productos españoles. Una economía que no consigue levantar cabeza después del Brexit.
El transporte de mercancías por carretera está afectada por una inseguridad jurídica causada por los constantes cambios normativos producidos a nivel nacional y europeo. El compromiso de Europa con la agenda 2030 y su voluntad por reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, parecen haber cogido al transporte por carretera como su principal saco de boxeo. Hacia él van dirigidas buena parte de las medidas restrictivas. El establecimiento de Zonas de Bajas Emisiones (Z.B.E.) dificulta el tránsito de los camiones por determinadas zonas urbanas, la aproximación a las grandes ciudades y el uso de algunas carreteras y autopistas.
La volatilidad del precio del petróleo y de sus derivados (diesel y gasolina) están encareciendo el servicio, haciendo menos competitivo el transporte por carretera. Los operadores no tienen más remedio que subir los precios, para hacer frente a estos aumentos, disminuyendo en algunas ocasiones su margen de beneficio. Las recientes guerras de Ucrania y de Gaza han influido en la carestía del precio de la gasolina.
Ramón Valdivia, vicepresidente de ASTIC (Asociación del Transporte Internacional por Carretera) se queja además de una falta de apoyo por parte del gobierno. Ante las dificultades por las que atraviesa el sector, Valdivia señala que el gobierno no está ofreciendo ayudas ni soluciones que beneficien a los transportistas en un escenario que, desde luego, no les beneficia.
El crecimiento del transporte por carretera en nuestro país tiene un doble aspecto. Por un lado, es un desarrollo que se está dando en condiciones adversas y, por otro lado, las dificultades a las que se enfrenta, pueden hacer que los avances se reviertan, perjudicando a empresas y transportistas.
Un transporte seguro.
Otro de los climas de opinión que se vierten sobre el transporte por carretera es que no es un transporte seguro. Que está sujeto a posibles robos de mercancías y accidentes de tráfico que pueden hacer que la carga se pierda por el camino.
El transporte por camión es el único medio de transporte en el que la carga está vigilada las 24 horas durante su traslado por un profesional. Es una vigilancia personal.
El transportista, además de conducir el camión, se responsabiliza personalmente de que el envío llegue a su destino en la hora prevista y en perfectas condiciones. Estamos hablando, en la mayoría de los casos, de profesionales experimentados con capacidad de salvar los diferentes obstáculos concretos que se vayan presentando por el camino.
Uno de los principales riesgos que sufre esta modalidad de transporte es la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico. Según datos que maneja ASTIC, el 75% de los accidentes sufridos por los camioneros son motivados por otros conductores. Los adelantos indebidos y el exceso de velocidad por parte de otros usuarios son la principal causa de accidente.
Los robos son otra de las amenazas que afectan a esta modalidad de transporte. La Guardia Civil señala que el robo de mercancías a camiones ha descendido un 19% en los últimos años.
La mayor parte de estos robos se producen en las operaciones de carga y descarga, y en las inmediaciones de instalaciones logísticas (puertos, aeropuertos, centros logísticos de almacenaje, etc.) Lugares donde la custodia de la carga es compartida y donde la responsabilidad sobre el porte no recae exclusivamente en el transportista.
Otro de los factores que generan desconfianza es el retraso de las entregas. En muchas ocasiones están vienen motivadas por embotellamiento y atascos de tráfico en el acceso a las grandes ciudades y en el uso de vías saturadas. Un problema de planificación y gestión del tráfico que corresponde solucionar a las autoridades y no a las empresas de transporte.
Aun así, con todos los problemas que estamos viendo, el transporte de mercancías por carretera es un sector que no para de crecer.