Reformar una casa que se encuentre en mal estado todos coincidimos en que no es fácil, pues demanda un mayor trabajo que en otras viviendas que no han sido tan dañadas. Lo que también tenemos que tener en cuenta es que puede convertirse en una gran oportunidad para dar un giro nuevo a la vivienda.
Realizar una conservación o demoler la casa son las dos opciones principales. Cuando uno ve una casa en muy mal estado, donde no hubo el mantenimiento necesario y donde la cubierta y carpinterías con filtraciones han logrado deteriorar su interior, parece que demoler sería la opción, pero también podemos realizar una rehabilitación en profundidad.
¿Con qué debo de contar?
Contar con la ayuda de un arquitecto es importante, pues él va a saber que potencial se esconde y que posibilidades hay para que pueda pasarse de una casa precaria a un proyecto interesante para sus propietarios.
Las normas deben ser consultadas, debiendo leer el arquitecto en detalle el plan de ordenación urbana y las ordenanzas sobre conservación del patrimonio.
Comenzar el proyecto con la seguridad necesaria
Una vez que se tiene toda la documentación de la obra, junto a la pertinente normativa, hay que redactar el plan de la reforma, lo que permitirá visualizar el potencial verdadero y la armonización de las necesidades que demande el Código Técnico, en especial sobre el ahorro energético.
Rehabilitar no deja de ser una oportunidad estupenda para lograr espacios inéditos e inesperados. Al abrir huecos nuevos y ampliar los existentes, abrimos nuevas posibilidades, lo mismo que instalando ventanas en el tejado o modificando las distribuciones, lo que hace posible lograr un espacio de mayor utilidad y adaptado a las necesidades.
Este es el momento en el que vas a saber si las obras se ajustan al presupuesto que puedes asumir y la licencia qué necesitarás.
Debes de tener en cuenta si tu casa está en la sierra o en un lugar de clima más benigno. Muchos casos de viviendas en la sierra terminan fallando a la hora de rehabilitar las cubiertas por no instalar unas que sean capaz de dar un servicio a unas casas que sufren los rigores de las épocas de mal tiempo.
En Cubiertas Estévez, se dedican entre otros muchos aspectos a la rehabilitación y reparación de las cubiertas, por lo que dan muchos consejos para que la gente no se lleve a engaño y opte por la calidad en un tema donde la calidad es necesaria, ya que, de no hacerlo, en algunos lugares la casa, pese a estar muy bonita, se hace complicado vivir cuando viene el frío. El caso de esta empresa es el de unos especialistas a la hora de reformar rejados viejos y reparar las cubiertas en Madrid.
Cuando se comienza a rehabilitar o reparar cubiertas, la mayoría de las veces se transforman los espacios bajo la misma en unos donde pueden vivir las personas sin mayor problema.
Esta clase de espacios, normalmente suelen ser trasteros o antiguos desvanes, que pasan de esta forma a ser estudios o acogedoras habitaciones. Esto hace que sea de vital importancia dejar bien asegurada su habitabilidad con un especial cuidando el aislamiento, que sean impermeables, la ventilación o unos materiales empleados de gran ligereza.
¿Qué factores debemos tener en cuenta cuando reformamos tejados o cubiertas?
- Garantía: es aconsejable que se usen productos y sistemas que estén con las debidas garantías, lo que tiene como resultado que la rehabilitación que se produzca será la definitiva.
- Ligereza: hay que tener claro que los materiales que se usen tienen que ser poco pesados, pues de lo contrario se produciría una sobrecarga en cuanto al peso de la estructura del edificio.
- Fácil de colocar: lo mejor es que sean simples
- Estética: muchas rehabilitaciones necesitan tener una estética que esté acorde con el entorno en el que están. En ocasiones se pide que respeta la imagen tradicional del edificio.
Como ves, en la reforma de la casa se tocan muchos temas, aunque en este caso hemos querido abordar especialmente un tema como el de las cubiertas y tejados que puede tener una gran influencia en cuanto a la comodidad de nuestra casa en el futuro.