Lo que dicen las encías sobre nuestra salud

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La boca no solo sirve para lucir una sonrisa bonita. En nuestra cavidad oral, existen otras partes igual de importantes que, tanto forman parte de la sonrisa como de nuestro cuerpo y como tal, pueden ejercer como punto de información sobre nuestra salud general. Sabemos que una sonrisa bonita es sinónimo de buen estado de salud, de dientes y boca en general, aunque detrás de nuestros bonitos dientes, puede existir un problema de salud al que no le damos importancia por no prestarle la atención que merece. Se trata de las encías y la manera en que su color o apariencia puede decir algo más sobre nuestro estado general y no solo de nuestra salud oral.

Con casi total seguridad, podemos afirmar que a la inmensa mayoría le ha surgido en alguna ocasión un problema en las encías que, realmente, no se encontraba en ellas. El cambio de tonalidad de esta parte de la boca puede ser un claro indicativo de que algo sucede. Sea en un diente o en el tracto digestivo, por citar algún ejemplo.

Es fácil que acudamos a una consulta rutinaria con el dentista como puede ser HQ Tenerife y nuestro odontólogo, advierta que nuestras encías tienen una tonalidad diferente. El mismo profesional, sabrá diferencia si se trata de algo normal o puede ser indicador de un problema de salud subyacente. Para evitarnos sustos innecesarios, no está de más conocer cuáles son los principales colores y tonalidades que puede mostrar la encía. Sabiendo lo que nos dicen las encías con solo observar su color y tonalidad podemos valorar si es necesario acudir al médico o dentista y tomar las medidas oportunas para resolver el problema e cuestión. Antes de nada, debemos saber que la pigmentación de la piel guarda una estrecha relación con el color de nuestras encías, lo que puede hacer que sean de tonalidad más clara u oscura. No obstante, existen algunas tonalidades que son claramente un indicador de que existe algo anómalo que debe valorarse.

Algo más que una tonalidad

Desde el punto de vista de nuestra salud, cada color o tonalidad puede ser indicativo de un padecimiento en particular. No se trata de algo que implique una mayor o menor gravedad, tan solo algo que hay que tener en cuenta a la hora de dejarlo estar o acudir al médico o dentista, según proceda.

Algo que todos sabemos es que el color natural de las encías es el rosado. Con sus correspondientes tonalidades en función de la citada pigmentación, como es lógico. Mientras el color se mantenga rosado y no exista sangrado o alguna textura extraña, se puede considerar que las encías se encuentran en perfecto estado de salud.

Ahora bien, dentro de ese color rosado, las encías pueden aparecer más pálidas o blanquecinas, en este caso, ya tenemos un indicativo de que algo no va tan bien como debiera. Las encías de color rosa pálido, aparecen por lo general, ante la presencia de una gingivitis en estado inicial. Así mismo, pueden indicar unos estados bajos en los niveles de hierro.

Si nos vamos al rojo intenso, observar este color en nuestras encías, debe hacernos pensar que nos encontramos ante un caso de gingivitis en estado más avanzado. Esto es a causa de la presencia de placa bacteriana que las ha inflamado, aunque no se produzca sangrado o existan molestias de otro tipo. Este signo es inequívoco, si se advierten unas encías rojas, lo más convenientes es ponerse en manos del dentista para tratar esa incipiente gingivitis y evitar que se produzca una periodontitis. En este último caso, la infección puede afectar a las piezas dentales llegando a ocasionar su pérdida.

En el caso de las personas de raza negra, tener las encías oscuras no debe suponer señal de alarma, aunque puede parecer una obviedad. Su piel cuenta con una mayor cantidad de melanina que lo hace posible. Por el contrario, en una persona de otra raza, unas encías ennegrecidas, pueden ser sinónimo de problemas como el exceso de consumo de tabaco. Sus implicaciones negativas en la salud, son de sobra conocidas, por lo que el mero ennegrecimiento de las encías, no supone en sí mismo un riesgo a corto plazo, pero si indica que antes o después, surgirán las complicaciones derivadas del exceso de consumo de tabaco.

Si se produce el ennegrecimiento de las encías, es el momento de sugerir dejar el hábito. Añadida a la cuestión estética que proporciona un aspecto poco agradable, se encuentra la precaución y evitación de lo que conlleva el tabaquismo a largo plazo. En el caso de cesar en el hábito, el aspecto natural y saludable de las encías volverá de forma rápida.

Por otro lado, es posible encontrarse con unas encías amarillas. En este caso, puede tratarse de gingivitis que se encuentra en una fase inicial de su desarrollo. Esta coloración se presenta junto a inflamación y dolor que genera molestias. Poco a poco, la tonalidad amarilla se va volviendo más roja y aparece el sangrado constante acompañado a una elevada sensibilidad.

Estas tonalidades anómalas son las más habituales que se pueden apreciar en las encías. Aunque no son las únicas. Puede darse el caso de que las encías se tornen en un color grisáceo, indicando problemas en el sistema inmune del organismo. Por el contrario, en el caso de que nuestras encías se cubran de manchas blancas, puede ser a consecuencia de una infección bucal como la candidiasis oral. En los casos en los que la gingivitis se convierte en periodontitis, es posible encontrarse con unas encías en color de rojo a morado, nada agradable.

Sin importar tanto el color del que se vuelvan las encías como el hecho de que este cambie, hay que prestar atención ante cualquier variación de la tonalidad de las encías que se mantenga en el tiempo. Observando la tonalidad que estas cogen, es posible conocer por donde se va a presentar el problema. Por lo que es necesario acudir al odontólogo a que examine la cavidad oral y confirme el origen y motivo que produce el cambio para tomar las medidas necesarias y recuperar su color natural.

Hábitos de higiene, clave para mantener una buena salud

Como sucede con todo, la prevención es la clave. Más vale prevenir que curar, es un dicho con el que todos hemos comulgado en algún momento de la vida. Por lo tanto, no debería ser necesario apreciar un cambio en la tonalidad o color de las encías para tomar las medidas necesarias y acudir al odontólogo. De hecho, como todos sabemos y no nos cansamos de escuchar, las revisiones con el dentista deberían establecerse de forma periódica y regular. Estas revisiones son la mejor manera de prevenir todo tipo de problemas bucodentales.

No obstante, la primera línea de defensa, debe partir de nosotros mismos. Unos buenos hábitos de higiene bucodental, son tan esenciales como las visitas periódicas al odontólogo. En este sentido, es un grave error creer que resulta suficiente cepillarse los dientes a diario para mantener una boca en perfecto estado. Hay que llevar a cabo una buena rutina de cuidados que, además incluya el uso de hilo dental y colutorio. Así la limpieza será lo más profunda y completa posible.

Los expertos en odontología coinciden en que si bien, una buena higiene bucodental es esencial para mantener la salud de dientes, encías y cavidad oral en general, no es suficiente para mantenerla cien por cien sana. Algunos de los problemas que afectan a la boca no se resuelven solo con el cepillado y la rutina habitual. Por lo que se considera necesario establecer una serie de visitas periódicas al odontólogo como método de prevención de mayor eficacia.

Gracias a los controles rutinarios es posible detectar a tiempo cualquier complicación que pueda producirse a consecuencia de algún problema bucodental que pase desapercibido. En nuestra boca, pueden producirse caries sin que nos demos cuenta, en la cara posterior de los dientes o entre ellos, así como acumularse placa que no podemos quitar con un mero cepillado, entre otros problemas.

La importancia de las visitar regulares reside en que se trata de visitas en las cuales el odontólogo, realizará una inspección general del estado de los dientes y las encías. En esa consulta puede considerarse necesario programar una limpieza bucal profesional que permite eliminar de forma adecuada los restos de sarro que se van acumulando en los dientes.

Según los profesionales, lo más recomendable es realizarse una limpieza bucal profesional al año para mantener el buen estado de salud de dientes y encías. Aunque en función de cada paciente, puede darse la circunstancia de que la limpieza sea necesaria con una periodicidad mayor o menor. De cualquier modo, mantener la boca limpia y alejada de las bacterias será en primera instancia, la mejor manera de evitar complicaciones y gozar de una mejor salud bucodental.

También puede ser recomendable en casos de sufrir predisposición a la gingivitis, utilizar pasta dental desarrollada específicamente para combatir la formación del biofilm dental al mismo tiempo que tonifica el tejido gingival protegiendo las encías. Como fuere, lo mejor es la prevención y evitar que los problemas se reflejen en nuestras encías.

 

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