En la vida hay que tomar muchas decisiones y una de ellas es decidir dónde vivir. Yo lo que siempre digo es que no nos dejemos impresionar por el vecino. Es decir, que si sabemos que nuestro amigo Pablo se ha comprado un chalé en la sierra, no queramos nosotros superarle. Por estas cuestiones luego ocurren los desahucios y problemas similares. Mi idea es que hagas un DAFO, es decir, analices debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de cada cuestión. Y una vez hecho esto, ya sepas que es lo que tienes que hacer. Hay que saber si en estos momentos es mejor comprar o alquilar.
En mi caso, así lo hice, y decidí que lo mejor en mi caso era comprarme un chalet. ¿Por qué? Pues por una serie de aspectos que os voy a relatar. Uno de mis sueños era desde chico tener un chalet, pero está claro que no sabía si mi nivel de vida podría aguantarlo. Siempre piensas que es caro. Pero en mi caso, el precio ya fue una de las cosas que más me llamó la atención. En Fresno Inmobiliaria conseguí un chalet en Valdenuño Fernández por 38.000 euros. Sí, como lo oyes. Es un municipio de la provincia de Guadalajara. Tiene una superficie de 24,81 km² con una población de 270 habitantes y una densidad de 10,88 hab/km² y está pegando a Madrid, por lo que no tengo ningún problema para ir a trabajar.
Distribucción
Una casa ideal de pueblo que se distribuye en dos plantas, la planta baja cuenta con salón luminoso, cocina amueblada, un dormitorio y un baño completo con bañera. En la planta baja encontramos 2 dormitorios más y una sala de estar. Además, la casa tiene un patio fabuloso para poder disfrutar del aire libre. Era la ilusión de toda mi vida, y sabía que por mi capacidad económica sería imposible comprármelo en la ciudad, pero en un pueblo, es fácil.
Luz. Es una de las principales ventajas que veo de vivir en un chalet. No tener viviendas enfrente, hace que estas viviendas tengan una iluminación natural que a mí me cautiva. Para una persona que necesita tanto el sol como yo, es una gozada. La verdad es que no aguanto esos días de oscuridad, en los que el alma se te cae a los pies.
Aire. Al vivir en un pueblo puedo respirar aire puro. Así que al alejarme un poco de la gran ciudad, he podido disfrutar de un aire de mayor calidad. No extraño los altos edificios ni el asfalto. Aquí salgo con mi pareja a andar por las tardes y recorremos varios kilómetros y nos sentimos unos privilegiados por poder andar entre árboles.
Tranquilidad. Ha llegado a una altura de mi vida, que me molestan los ruidos y hay días en los que se me hacen insufribles los vecinos y qué quieres que te diga. No me interesan los más mínimos las discusiones de mis vecinos y no soporto las obras de mis vecinos y menos, si estás se realizan en fin de semana. Así que aquí estoy tan tranquilo.
Un chalet familiar
Pero el que más contento está con la compra del chalet ha sido mi hijo Alberto. Él siempre ha querido tener un perro, pero a nosotros no nos parecía buena idea dejarlo encerrado en un piso. Ahora ya tenemos excusa porque puede salir al jardín y sacarlo a pasear por las zonas verdes que rodean la mayoría de los chalets que han visitado. También está feliz porque ahora tiene un cuarto más grande para poder invitar a sus amigas, poner la música a tope y hacer todo el ruido que quiera sin preocuparse por no molestar a los vecinos. La verdad es que somos muy felices al verle lo contento que está con su nueva casa. Y sobre todo, como fanfarronea en el colegio.
Mi mujer también está muy feliz. En un piso hay que estar controlando las compras porque las zonas de almacenaje son limitadas. Ahora podrían comprar al por mayor, de modo que gran parte de la comida y los productos de limpieza les salieran más baratos. Además, le gusta mucho tener un espacio en el jardín para cultivar su nueva afición que es construir y cuidar un huerto urbano. Al mismo tiempo le sirve para dar de comer más sano a la familia, ahorrar dinero en la factura del supermercado y desestresarse después de la jornada laboral. Todo un acierto.
Como has podido ver, mi familia y yo hemos acertado de pleno comprando este chalet en un pueblo porque ahora somos mucho más felices.