¿Alguna vez has ido a comprar y has metido muchas cosas en una bolsa? Seguro que si te ha pasado, habrás acabado con la mano realmente dolorida por la presión del plástico en tu mano. Pues bien, dentro de poco esta situación será historia, ya que en 2018 las bolsas de un solo uso dejarán de ser gratuitas.
La manera que tenemos de llevar las cosas es muy interesante, sobre todo si hacemos una retrospección. Hace años, cuando el plástico no era nada habitual, se utilizaba el esparto para llevar cosas pesadas de un sitio para otro. También se utilizaba un material que hoy en día vuelve a utilizarse por los consumidores, la rafia.
Si miramos aún más atrás, encontramos que los griegos y los romanos transportaban los alimentos en vasijas de cerámica. Estas vasijas todavía se pueden encontrar hoy en algunos museos, y de vez en cuando se encuentran en el fondo del océano en barcos hundidos que permanecen en buenas condiciones.
Actualmente las bolsas de plástico son las que se usan de manera general, ya que son baratas y fáciles de conservar, aunque no se recomiende más de un uso. Pero los plásticos están siendo un problema para nuestro planeta, y hay que reducir su uso para reducir consigo la contaminación de los océanos.
Según una noticia de febrero de este año, Después de un largo y lento proceso, España se adaptará a la normativa europea y, a partir del 1 de enero de 2018, los comercios (tiendas, supermercados y similares) no podrán distribuir de forma gratuita bolsas de plástico de un solo uso. El Gobierno dará luz verde a un Real Decreto de incorporación al ordenamiento jurídico español de la directiva europea 2015/720 e impondrá medidas como el cobro de un precio mínimo en las bolsas de plástico.
Cuál será la situación a partir de ahora
La decisión del Gobierno responde -con retraso de un año- al acuerdo adoptado por unanimidad el pasado mes de noviembre por la Comisión de Cambio Climático del Congreso de Diputados en la que instaba al ejecutivo central a prohibir el uso, comercialización, importación y exportación de bolsas de plástico no biodegradable o de un solo uso desde el 1 de enero de 2017.
Las bolsas de plástico de un solo uso costarán, a partir de 2018, un mínimo de entre 5 y 30 céntimos cada una de ellas dependiendo de sus características: las más baratas -5 céntimos- serán las de plástico compostables con un espesor de hasta 29 micras, seguidas por las de 30 micras o más y las de 29 micras o más pero no compostables -10 céntimos-, las de 30 micras o más no compostables -15 céntimos- y las oxodegradables de 50 micras o más -30 céntimos-.
La nueva normativa establece que los comerciantes no podrán entregar de manera gratuita las bolsas ligeras -con un espesor inferior a 50 micras- a los consumidores en los puntos de venta, salvo excepciones “según el uso específico, su compostabilidad o durabilidad”, debido a que su consumo produce “altos niveles de residuos dispersos, suponen un uso ineficaz de los recursos y es previsible que aumenten si no se toman medidas.”
Esto va a provocar que empresas fabricantes de plásticos tengan que adaptarse, como es el caso de Plásticos Genil, una empresa fabricante de bolsas de plástico para farmacias y comercio en general, con más de treinta y cinco años de experiencia en el mercado, que les ha servido para ser referencia en el sector de las bolsas.