El otro día lo vi en la televisión. El Ayuntamiento de Tarifa, un lugar que por cierto me encanta, anunció que tomará medidas contundentes contra las despedidas de soltero que se celebran de manera “incívica” en sus calles. Aseguran que han llegado a generar daños en el mobiliario urbano, bienes particulares depositados en la vía pública o molestias generales en el vecindario local. La verdad es que si te pones en el lugar de los tarifeños pues lo entiendes, pero la verdad es que las despedidas de solteros son una tradición que no se deberían de perder. Y no es la única ciudad en pie de guerra.
Pero como todo en la vida, son las cabezas de algunos las que terminan por cargárselo. En esta ocasión cobra más fuerza que nunca ese dicho de que pagan justos por pecadores. Por eso el alcalde, Francisco Ruiz, que es socialista, por cierto hay que ver cómo está el PSOE, señaló que estas medidas van encaminadas a evitar las actitudes y conductas incívicas de algunos que vociferan en plena vía pública, alteran el descanso o generan daños que perjudican a todos. No quiso meter a todos en el saco.
Así fue mi despedida
La verdad es que yo recuerdo mi despedida de soltero y solo tengo buenos recuerdos. Una celebración que tuvo de todo, pero siempre desde el respeto. Tanto a las personas como a las ciudades. La hicimos en Benidorm y la verdad es que nos lo pasamos de miedo. La ilusión de todos era hacerla en Andalucía, pero como por logística nos fue imposible, pues decidimos trasladarla al Mediterráneo.
Así, para mi despedida contratamos a la empresa hotdespedidas.com que nos preparo una fiesta temática andaluza que incluyó cena con tapeo típico y barra libre durante la misma, camareros vestidos de andaluces y toreros, botas para beber vino, concierto de rumba flamenca en directo, y como fin de fiesta en el Pub Ovahe (aún recuerdo su nombre) una fiesta de los años 80. Todo esto en primera línea de playa. Para nosotros que somos hijos de la generación EGB fue fascinante. Yo iba vestido, como no, de flamenca, y en ningún momento nos tuvieron que llamar la atención.
Para el sábado se dejó lo mejor. Seguimos con esta despedida de soltero en Benidorm y lo hicimos por todo lo alto. Fuimos desde las 14.00 horas a una fiesta en Penelope Beach, una discoteca pero con zona de playa. Lo primero un picoteo para recuperar las fuerzas del día anterior, además de barra libre de cerveza o sangría, y es que los líquidos son esenciales y más con temperaturas de casi 30 grados. Y luego fiesta y más fiesta. Para luego trasladarnos a un restaurante. Y después…pues como diría Mayra Gómez Kemp en el Un, Dos Tres…”hasta ahí puedo leer”. Ya se sabe que lo que pasa en Benidorm, se queda en Benidorm.
Como puedes comprobar una gozada. Fíjate que me pude hacer hasta una foto, aunque no lo digo para sacar pecho, sino como anécdota, con Belén Esteban, que es fan de esta zona levantina.
Por eso cuando escucho que quieren acabar con las despedidas de soltero me da cosilla. Lo que está claro es que este tipo de turismo da mucho dinero, pero también estropea la imagen de la ciudad. Por lo tanto, en mi opinión habría que llegar a un acuerdo. Eso sí, si todos nos comportaremos cívicamente, seguro que este debate no existiría. Así que si dentro de poco tienes una despedida, diviértete pero con cabeza.