La vida después del coronavirus, acude a un sicólogo

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Muchos serán los que tengan que acudir a un psicólogo después de estos días de confinamiento. Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia. De modo que es muy lógico, e incluso saludable, que muchas personas sientan en algún momento miedo debido a la expansión del brote de Covid-19, que nos enfrenta a una situación desconocida y amenazadora. Otra cosa es que ese miedo se instale en el estado de ánimo, nos angustie y acabe por convertirse en un fenómeno que interfiera en nuestra capacidad de gestionar la situación con eficacia o, peor aún, que se contagie y se extienda hasta suponer un problema añadido en la ya compleja situación sanitaria.

Nos ponemos en contacto con la psicóloga Vanessa Sanz, en Valladolid, que nos asesora sobre lo que está ocurriendo en la actualidad. “A día de hoy, es normal que vivamos periodos de tristeza. Sin embargo, hay ocasiones en que esta tristeza se alarga en el tiempo o se convierte en depresión. Es ahí donde es importante comenzar tu tratamiento para la depresión con un profesional especializado. Aunque pasar por un momento de tristeza es normal, es importante reconocer la diferencia entre situaciones cotidianas que puedan producir sentimientos de tristeza y los sentimientos más extremos de depresión, que incluso puede afectar el funcionamiento diario de la persona”, explica.

Los colegios de sicología de España han realizado una serie de normas y consejos para poder llevar mejor este confinamiento. Estos son algunos de los principales argumentos.

Hay que establecer  una  estructura  con  rutina  en  casa  que  se  asemeje  lo  máximo  posible  a  la  habitual, relacionada  con  horarios  de  sueño,  comidas,  higiene,  trabajo/estudio  y  ocio. Hay que intentar no  estar  en  pijama. Aunque sea, ponerse un chándal. Explora actividades como escribir, dibujar, charlar, contar historias o jugar en familia a juegos clásicos. Se podría definir cómo vuelve a ser un niño.

Tienes que generar un espacio de estudio o trabajo en la medida de lo posible, organizado a lo largo del día y de la semana. Además conviene buscar momentos de relación y comunicación con la familia y amigos, en casa si se puede o por medio del uso saludable  de los recursos digitales. Es el momento de descubrir la tecnología y usar el Skype y otras alternativas para realizar videollamadas. Es muy tierno ver como las abuelas lloran al ver que a través del móvil se puede ver a sus nietos.

Respetar el espacio

No hay que olvidarse de respetar  los  espacios  de  intimidad  de  las  personas  con  las  que  se  convive  en  la  misma  casa. Por eso, también hay que buscar momentos para ti. Haz actividades solo y descansa. No pasa nada por aburrirse. Y si tienes que decir a tu pareja que durante 30 minutos tenéis que estar cada uno en una habitación, hazlo.

Cuando tengamos ya la comida  en  familia con  todos  los  integrantes  sentados, con  raciones  ya   servidas  en  el  plato(evitaremos  hablar  de  comida,  de  cuerpo  y  del  COVID-19).Si  tenemos  pautas  del  nutricionista, seguirlas. No insistir ni obligar a comer. No son días en los que la gula llama a la puerta.

Se puede planificar de qué se hablará durante la comida, por ejemplo  sobre  las  películas  o  tipo  de  cine  que  les  gusta,  lugares  a  dónde  les  gustaría  viajar  o  sus actividades favoritas.

Mantenerse  activo  según  las  recomendaciones  de los  profesionales. Esta  situación  excepcional puede  ayudar  a  motivar  al  cambio,  cumpliendo  las  pautas  en  familia  hasta  conseguir  hábitos saludables.  La  familia  proporciona  apoyo  para  sobrellevar  el  tratamiento  y  es  un  gran  pilar  para  la recuperación

También hay que gestionar  los  sentimientos  de culpa y  ansiedad.  Identificar los  pensamientos  que  nos  llevan  hacia estas  emociones.  Recordemos que  los  TCA,  son  enfermedades mentales de  origen  multicausal.

Apoyar

Apoyar  y  acompañar  emocionalmente al  afectado,  aprovechando  que  hay más  tiempo  para  estar con la  familia,  se  puede  hablar  de  lo  que  nos  preocupa. Puede  acumularse  tensión por  la  situación de  confinamiento  sumado  al  TCA.  Todos  estamos  igual,  podemos  generar  espacios  para  preguntar cómo  ayudar  y  compartir  sentimientos.  Tal  vez,  esto  nos  una  un  poco  más. Intentar  cultivar  el sentido del humor

Es decir, no caer en la sobre información. Estar todo el día conectado y pendiente de la información sobre el coronavirus “no hará que uno esté mejor informado ni le dará más protección ante el virus y, en cambio, aumentará la sensación de riesgo innecesariamente”, explican los psicólogos. Un ejemplo claro son los llamamientos a no darse besos ni abrazos, unas restricciones que los expertos consideran injustificadas.

Ya has visto que esta enfermedad puede afectar a todos los de casa. Ahora más que nunca hay que ser fuertes, apoyarte en el hombro que tengas más cercano y al son de la famosa canción, ya himno de esta cuarentena, gritar al cielo que “Resistiré”. Seguro que tú también puedes.

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